domingo, abril 09, 2006

Chrysanthemum coronarium
n.vulgar: mirabeles, pampajaritos

Hoy quiero hacer un pequeño homenajes a nuestras especies más denostadas, esos "yerbajos" que tan mala prensa tienen y a los que genéricamente, incluso, los castigamos sin nombre; o los arrebujamos despectivamente bajo expresiones poco agraciadas como "malas hierbas" y otros nombrecitos cargados de mala uva. Entre ellos está esta vulgar "margarita" y digo vulgar sólo para indicar que no está en ninguna lista protegida, ni hay que hacer largos viajes para encontrarla. Está aquí, al lado de nuestra casa -o al menos en la mía- y hay millones de ellas ocupando todos los espacios vacios de esta urbe absurda que vamos construyendo. En ésta vorágine del ladrillo que va medio terminando las barriadas, medio dejándolas sin acabar, para entregarlas de poco en poco, como un mosaico inconcluso, donde cada fichita es una casita adosada. Este es su hábitat, lo que no queremos, lo que no podemos urbanizar, o queda pendiente para otras fases que tardan años en completarse con variados equipamientos. Ahí se afinca el Crysanthemun, hasta que los jardineros se emplean a fondo con ella a base de insecticidas, para no plantar nada en su lugar. Me encanta la rabia que le echa a la vida esta planta que se rebela contra los jardineros y a los que siempre les gana la partida. Cada primavera aparece de nuevo en todos los solares de mi urbanización, que por desgracia no tiene ni nombre. Yo me niego a llamarle al sitio donde vivo Poligono "IV-A ampliado" que es como los sabios gestores municipales creo que lo denominan. Sin embargo, a un tiro de piedra, está el Parque de las Canteras, el pinar de la Piscina, la Pinaleta de Derqui, el Almendral y el Cerro Ceuta, osea que estoy "rodeaito" de rabiosa naturaleza. A cada rato me escapo con mi Oly-500 y mi objetivo macro a hacer "piching", es decir pecho al suelo, que es como mejor se ven las plantas y a fotofrafiarlas. Y ahora, por todas partes, crecen estos hijos proscritos de la madre naturaleza: borrajas, salvias, cardos, viboreras, jaramagos, silenes, margaritas...todos ellos malos chicos, que subvierten el orden estético de los canones de la jardinería, pero que ya quisieran los jardineros reales en sus pomposos palacios recrear esta maravilla de mareas florales con que cada año nos tapizan cada rincón y cada cuneta estas humildes plantas. No me olvidaré de la fichita botánica de los Chrysanthemum, no vaya a pensar nadie que no la tienen por ser humildes. Ahí va: planta anual, glabra y de tallos ramificados de más de un metro. Hojas alternas, bipinnatisectas las inferiores y pinnatisectas las superiores. Las inflorescencias (que no flores) son capítulos radiados. El involucro, con brácteas externas ovadas y las internas lanceoladas y con margen escarioso parduzco. Receptáculo sin brácteas interseminales. Las flores centrales son floculosas y hermafroditas, las periféricas femeninas y hemiliguladas. Los frutos son aquenios, los externos con tres alas. Su hábitat natural es la orla mediterránea. Y como rústica y cunetera que es, no precisa de condiciones edáficas especiales para prosperar. El Chrysanthemum de la foto pertenece a la especie coronarium, supongo que por la corona amarillenta que impregna la base de las lígulas blancas. Y además, no es la especie "tipo", sino una variedad denominada discolor, pues el tipo posee las lígulas de color amarillo pleno, osea amarillo "yema de huevo de campo". Tanto la especie tipo como la variedad suelen aparecer simultáneamente en las mismas poblaciones con mayor preponderancia de una u otra, pero en las manchas de mi barriada sólo se presenta la var. discolor, osea la blanca.

La foto: Borde del pinar de la Piscina (Puerto Real, Cádiz) 3-abril-2006. Cámara Olympus E-500, objetivo Zuiko macro 35 mm, velocidad 1/1000, f:8.0, Iso: 100, medición ponderada al centro, compensación (-1 EV), sin flash (lógicamente), programa prioridad apertura. Procesado (Picasa) dos máscaras: enfoque+desenfoque periférico.

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