sábado, septiembre 30, 2006

Urginea maritima







fam. Liliáceas
nombre vulgar: Cebolla albarrana

Hace unos meses, caminando con mis perros por el pinar de la piscina que hay junto a mi casa, observé a una anciana con un cuchillo de cocina tratando de sacar una cebolla albarrana del suelo. Tarea dificil, pensé. Pero la pobre señora se empeñaba obstinadamente en extraer del suelo -que estaba como una piedra- su botín. Mi curiosidad, que no tiene límites, me llevó a entablar una conversación con esta persona para averiguar el propósito de su inútil intentona, pues las urgineas forman bulbos de varios kilos de peso y están enterrados fuertemente en el suelo.
-Es para mi nuera, hijo mío. Tiene almorranas y esto las cura de maravilla.
Intrigado, le pregunté por la forma de preparación de tal remedio y me dijo:
- Pues se pone bajo de la cama y a las tres semanas, conforme se seca la cebollona se van secando las almorranas.
En fin, ya he oído de todo en este mundo de Dios, pero era la primera vez que escuchaba un remedio de curación a distancia. El bulbo no se preparaba en modo alguno, sino que se abandonaba bajo la cama y allí por algún efecto misterioso se iba apoderando del mal de la persona y lo iba secando a la par que el propio bulbo de la planta. Escéptico ante la fe de la anciana me ofrecí a ayudarla y busqué en casa una zoleta para extraer el formidable bulbo de la tierra. Un rato me costó, pero al fin pude entregarle el trofeo a la pobre vieja.
-Dios se lo pague hijo mío.
Cerca de allí había gran cantidad de altabacas (Ditrichia viscosa) de reconocido poder resolutivo sobre esta enfermedad y le preparé un buen manojo a la anciana. Le propuese que al mismo tiempo que colocaba la gran cebolla bajo la cama de su nuera, hierviese aquellas hierbas y se las aplicara en la parte dolorida. Al cabo de un par de semanas volví a ver a la pobre vieja por el camino del pinar y le pregunté por el estado de salud de su nuera. Y me dijo:
-Sa curao hijo mio. Sa curao en cinco días. Dios se lo pague.
Al mismo tiempo que no paraba de darme las gracias, me preguntó si yo era médico o algo así. Le dije:
-No señora, sólo aprendiz de brujo.
Y con una sonrisa que no se me olvidará me dijo:
-No ties guasa tú ni na, so joio.

Esta urgínea se distribuye por la Región mediterránea occidental. En España habita las zonas de matorrales mediterráneos poco densos, calcáreos o silíceos, del Levante y Sur peninsular. Es una hierba que nace de un bulbo globoso de gran tamaño que cada año produce una roseta de hojas enormes (hasta 40 cm) y una inflorescencia de hasta 1.20 m de altura. Todo en ella parece desproporcionado, pero de una belleza extraordinaria. Las flores se agrupan en un racimo denso. Perigonio con seis tépalos blancos , soldados en su base. Androceo con seis estambres más altos que los tépalos. Gineceo tricarpelar, ovario súpero que fructifica en cápsulas de paredes delgadas y dehiscentes. Semillas negras. Florece al final del verano y las hojas salen posteriormente en otoño, una vez que han abierto los frutos y dispersado sus semillas.

La foto: LLano del Almendral, Puerto Real. 15-septiembre-2006. Cámara Olympus. Objetivo macro 35 mm. Recorte Picasa.

viernes, septiembre 08, 2006

Odontites foliosa






















Sin. Odontites squarrosus subsp. foliosus; Odontites purpúrea

Fam. Escrofulariáceas.

Esta odontites es otra rara belleza natural de nuestros pinares. La única población gaditana conocida se encuentra en Puerto Real. En el pasado se dieron citas de ella en Jerez, Benalup, Bornos, Barbate, Tarifa y Algeciras; pero casi con toda seguridad ya han desaparecido, pues en todos los lugares citados se la ha buscado recientemente sin ningún éxito. La población de Puerto Real se compone actualmente de tres núcleos relativamente próximos. Es una planta de escasa plasticidad ecológica y de ciclos alternantes ligados a la climatología. Este año hemos contabilizados varios miles de ella en su escasa área de distribución, pero el pasado año no nació ni una sóla planta. Ello es debido a que florece en verano (finales de agosto) y requiere lluvias tardiás en primavera para que broten las semillas enterradas en el suelo (pterofito). Hasta hace poco se pensaba que era un endemismo estrictamente gaditano, pero ha sido localizada tambien en el sector Algíbico de las sierras rondeñas, en el entorno del río Genal. En Puerto Real llevaba más de un siglo desaparecida hasta que P. Vasallo y J. Rodríguez encontraron el primer núcleo de su población. En septiembre de 2004 Tino Pavón y el que ahora escribe localizamos el mayor de los tres núcleos portorrealeños en las inmediaciones de una cantera abandonada. El famoso botánico Perez Lara la citó en los pinares de Puerto Real a finales del siglo XIX (1889) desde entonces no había vuelto a aparecer. Todo un misterio envuelve a esta hermosa planta que aparece y desaparece de esta forma. Por ello estamos ante una planta escasamente conocida para la ciencia. De hecho en la gran base de datos del Ministerio (Anthos) no hay una sola cita de ella y -desde luego- ni una sola fotografía. El descubrimiento de la población portorrealeña permitió su inclusión en la Lista de Flora Vascular Amenazada de Andalucía, asignándosele la categoría EN (en peligro) aunque pensamos que su rareza no está sufientemente reconocida aún; y por derecho debiera corresponderle la misma caracterización que a Odontites granatensis que habita las cumbres de Sierra Nevada y de la que se diferencia entre otros rasgos morfológicos por el labio inferior blanco o amatillo de sus flores. Se asocia en nuestra zona a matorrales ralos como Thymbra capitata, Rosmarinos officinalis y Globularia Alypum, estableciendo alguna relación simbiótica con las raíces de alguno de ellos, lo que está aun por demostrar. El mayor riesgo que presentan estas poblaciones de odontites en Puerto Real hay que situarlo en los ataques por ramoneo del ganado y -obviamente- en los incendios forestales, pues un incendio en verano en su actual área de distribución impediría la fructificación de ese año y la dispersión de semillas (noviembre) y toda la población desaparecería para siempre. La gran cantidad de semillas que presumiblemente producirán las plantas este año debería aprovecharse para una colecta técnica y su envio al Banco de Germoplaspa del Jardín Botánico de Córdoba. Con ello, en parte, se garantizaría cualquier riesgo de desaparicón de la especie en esta zona.

La foto: Pinares de Puerto Real (Cádiz) 6/9/2006. Cámara Olympus. Objetivo Zuiko macro 35 mm. Viento constante, f: 6.3, 1/500 seg. ISO:800, balance nublado, medición matricial. Procesado Picasa= máscara de enfoque+ recorte parcial.

jueves, septiembre 07, 2006

TORDESILLAS


TROGLODITAS

"Todos los años lo mismo, que tristeza. Todos los septiembres, siempre en martes, una horda de energúmenos tortura a un toro lenta y brutalmente. Le persiguen campo a través armados de pavorosas lanzas; le acosan y acorralan en erizado enjambre; le pinchan, le cortan, le tajan todos a la vez, hincando el hierro por cualquier lado, allí donde alcanzan, atravesándolo de parte a parte con el palo de las picas. Semejante horror, que estos australopitecos denominan fiesta, es el denominado Toro de la Vega, en Tordesillas, una barbaridad que se ha hecho tristemente famosa en todo el mundo, tirando la reputación de la hermosa e histórica villa por los suelos. La edil de festejos del Ayuntamiento de Tordesillas ha dicho en una entrevista que al toro se le trata "con mucho mimo", una afirmación tan delirante que parece un sarcasmo. Pero no. Ella lo dice en serio. Además de crueles son unos marmolillos. El atroz espectáculo del martes próximo no es, por desgracia, un hecho aislado, sino el buque insignia del sadismo nacional, de esa parte de España que sólo sabe divertirse martirizando seres vivos. Una España primitiva, violenta y obsoleta que, afortunadamente, mengua cada día (entre otras cosas gracias al coraje y el esfuerzo de grupos animalistas como PACMA), pero que todavía sigue matando a miles de criaturas cada verano. Los españoles carniceros se sienten orgullosos de ser verdugos y sacan pecho hablando de mantener las tradiciones. Qué aburrimiento tener que volver a escuchar un tópico tan necio; y tener que recordarles, una vez más, que tambien fueron tradicionales las bonitas luchas de cristianos contra leones en el circo romano.
Esta arcaica brutalidad está sin duda condenada a la extinsión; la pena es que su fin se prolongue tanto, ensuciándonos a todos con su infame crueldad. Como es obvio, las sociedades están en una perpétua evolución y nuestras costumbres cambian todo el rato. Si no hubieramos abandonado felizmente miles de tradiciones, seguiríamos habitando las cavernas. Y justamente ahí, en la más oscura y mohosa cueva mental, es donde deben estar viviendo los trogloditas de Tordesillas".

Rosa Montero. EL PAIS. 05-09-2006