La vieja y sobria ciudad nos recibe en su noche fría con su amable encanto de megapolis cada vez más conquistada por los muchos provincianos que la paseamos hasta las tantas de la madrugá. Y a pesar de todo ese asfalto ocupado de extensiones innombrables no me siento extraño en ella. Es el Madrid de todos, omnipresente, en la vida pública que cada día se cuela por las pantallas del televisor. Atocha y su tristememente célebre estación es el punto que me conmueve entre las luces de la noche. Ese cilindro iluminado sigue aún en mi memoria y en la de todos. Una luminaria por el dolor de muchos que se fueron sin más motivo que el de estar en un instante cualquiera en el punto de mira de los fanáticos y su despreciable falta de respeto por la vida de tantos inocentes.
Olympus EP-1 & Zuiko 2.8/17 mm
Este es un blog de naturaleza, fotografía, viajes y cualquier cosa que pueda interesar a su autor. Entra como si fuera tu casa y, si te apetece, deja constancia de la visita en cualquiera de entradas que te haya llamado la atención. Adolfo Etchemendi (fito mendi).
miércoles, marzo 17, 2010
Madrid
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