domingo, octubre 01, 2006

El Otoño pide paso en el llano del Almendral.














Ya está llamando a la puerta el Otoño. Ganas tenía ya que apareciera y de apreciar su contraste con la estación seca que dejamos. Me gusta este cambio celerado que se avecina. Todo se prepara en el escenario de la vida para ofecer de nuevo esta cara que a muchos entristece pero que a mí -en cambio- me emociona. A fuerza de observar las cosas siento un enorme interés por comprobar que todo vuelve a funcionar una vez más. Las señales que espero comienzan a aparecer en el el orden justo y en el momento preciso. Los campos se han llenado de urgineas al final del verano -como siempre- abanderándolo todo con sus imponentes tallos floridos. Parece que dicen "estamos aquí, como hace miles de años, mientras no me aplasten con nuevas callles y nuevas barriadas" y los ranuncúlos asoman como siempre -a centenares- al final de septiembre, salpicando de amarillo la tierra agostada. Entre los cardos secos pequeñas perlas azules emergen de la tierra, es su hora, es la hora de las escilas otoñales, preludio justo de la trasformación del llano del Almendral que se vestirá de blanco en breve. ¡Cuánta armonía y cuánta intensidad! Millones de pequeños narcisos romperan la tierra en unos días y un mar de espumas blanquecinas se apoderará de todo. Los relojes hormonales de los pequeños bulbos de narcisos nunca fallan. Parecen sincronizados por una fuerza invisible, casi mágica. Y en el mismo sitio, justo tras las primeras lluvias, la parte más alta del Almendral se coronará de misteriosas mandrágoras que hunden sus gruesas y extrañas raíces en suelo húmedo del llano. Es como un guión natural, perfecto. Todas estas señales del otoño están ahí a la vista de todos, pero nosotros nos negamos a interpretarlas. Ya no sabemos mirar con la curiosidad necesaria. Somos -eso creemos- más listos que el resto de los habitantes de esta Casa y podemos -eso tambien creemos- vivir de espaldas a los ritmos y las normas que la Tierra estableció desde el principio. Siento vergüenza por todo esto y pido perdón en nombre de los de mi raza por tanta insensibilidad.

Las fotos: Llano del Almendral, Puerto Real (Cádiz). Cámara Olympus C-5050 (compacta) . De arriba abajo: 1) Borde del Almendral con la pinaleta Derqui, 2) Mandragora automnalis, 3)Urginea maritima 4)Scylla automnalis y 5) Narcissus serotinus Septiembre-2006.

1 comentario:

selom dijo...

Hola!
He pasado por tu web de milagro, me ha encantado y me ha ayudado a darle nombre a algunas flores, aunque tengo una duda, el Tragopogon porrifolius no se hasta que punto hace lo de las pelusas, creo que son diferentes...
Por otra parte veo que hace mucho tiempo que no escribes en tu blog,animate a seguir escribiendo me ha gustado mucho. Yo tb subo flores a la web de vez en cuando.
Saludos!